¿Qué son?
Los limpiadores de juguetes eróticos están especialmente indicados para mantener la higiene de los productos.
Sus compuestos evitan la proliferación de virus, bacterias y hongos, asegurando el buen estado de los juguetes y, por tanto, cuidando de nuestra salud.
La importancia de la higiene
Una buena higiene es beneficiosa para nuestra salud sexual, y esto se extiende también a los elementos que usamos para el disfrute del sexo, como los juguetes sexuales.
Limpiar correctamente los juguetes, y almacenarlos de manera correcta, evitará posibles infecciones y problemas derivados de la falta de higiene, además de proteger al propio producto.
Antes de usar un juguete nuevo es imprescindible lavarlo correctamente, aunque inicialmente pueda parecer limpio. La limpieza deberá repetirse siempre antes y después de cada uso, para asegurar un estado óptimo del juguete y nuestra propia seguridad.
Características
Los limpiadores de juguetes pueden presentarse con o sin alcohol en su composición, aunque lo más común es que no lo incluya para poder ser usado sobre un juguete erótico de cualquier material.
Sus ingredientes incluyen elementos para la limpieza y la desinfección, y dependerá de cada producto el modo de aplicación. En algunos casos será necesario aplicarlo por toda la superficie, esperar unos minutos y aclarar, otros requerirán que una vez aplicado frotemos con un paño antes de aclarar, y otros no precisarán aclarado.
Suelen tener un agradable olor fresco, y no resultan perjudiciales para la piel o mucosas. El formato habitual es en spray, por su facilidad de aplicación, pero también están disponibles en espuma o gel.
Limpieza del juguete sexual
En muchos casos la limpieza del juguete sexual puede hacerse únicamente empleando agua y jabón neutro (sin perfumes y lo más natural posible). Sin embargo, se recomienda el uso de limpiadores para realizar una limpieza más exhaustiva, especialmente si son productos que compartimos con la pareja.
Puedes usar el limpiador de juguetes eróticos sobre cualquier tipo de juguete, pero debes saber que sólo será realmente eficaz sobre materiales no porosos (silicona, plástico ABS, cristal, metal, cerámica y madera tratada). En los materiales porosos, como el TPE o el ciberskin, por ejemplo, no podremos eliminar los microorganismos o sustancias que hayan penetrado en el material del producto, únicamente la superficie.
Es importante conocer las especificaciones de cada juguete antes de realizar la limpieza y saber si es un producto resistente al agua, sumergible o nada de lo anterior.
Con esta información, sabremos si deberemos limpiar el juguete con ayuda de un paño húmedo, en caso de que no pueda mojarse, si podremos aclararlo bajo el grifo, si es resistente, o si podemos darle un buen baño al ser sumergible.
Si el juguete tiene pilas, éstas deben retirarse antes de la limpieza. Además, deberemos evitar que el agua se acerque al compartimento de las pilas y, tras la limpieza, asegurarnos de secar muy buen las posibles juntas.
Resulta lógico, pero mejor recordarlo. Jamás debes lavar un juguete mientas está cargando o conectado a la red eléctrica.
Para terminar
Una buena limpieza es fundamental, pero es necesario seguir dos pasos más para terminar la tarea satisfactoriamente.
Tras la limpieza, debemos secar bien el juguete. Una toalla podría dejar residuos, así que lo recomendable es usar un paño de microfibra limpio. No olvides llegar a todos los rincones, pliegues o protuberancias. Cuando acabes, y si te es posible, deja el juguete unos minutos al aire para que termine de secarse.
Cuando esté completamente seco, será el momento de guardarlo. Si el juguete tiene pilas, asegúrate de guardar el juguete sin ellas, de lo contrario podrían estropearse tanto las pilas como el juguete.
A la hora de guardarlo necesitas un espacio fresco, seco, alejado de la luz, suave y, a ser posible, medianamente acolchado, en especial cuando se trata de materiales delicados como el cristal. Muchos juguetes incluyen una bolsa de almacenaje que podemos usar.
Otra opción es guardar el juguete en la caja original, o propiciar un envase propio que pueda darnos el servicio, como un neceser, una caja limpia, o bien coserle su propia bolsa. Lo importante es que el juguete esté a salvo de posibles daños. Y recuerda, ¡no mezcles juguetes de diferentes materiales en el mismo espacio! Evitarás muchos disgustos.