La literatura es capaz de llevarnos a mundos fascinantes a través de los libros. Mundos fascinantes... y muy eróticos.
Los libros eróticos nos abren una nueva ventana a la excitación, pero también a conocer nuestros cuerpos de una manera diferente.
A través de la literatura, nos invitan a viajar a lugares trepidantes, nos hacen fantasear con experiencias insospechadas, nos excitan con detalles y evocaciones, y nos inspiran en la vida.
Son una fantástica forma de conocer mejor nuestra sexualidad, de animarnos a explorar más allá de lo conocido, y a plantearnos las cosas de manera diferente.
Dentro de los libros eróticos podemos encontrar diferentes tipos.
Literatura erótica: la literatura más creativa y estimulante que nos hará vibrar en cada página. A través de una o varias historias, su finalidad es excitarnos y alimentar nuestro imaginario erótico.
Guías sexuales: nos enseñan prácticas eróticas, juegos o aspectos sobre la sexualidad a fin de indagar más en la parte teórica del sexo, ayudar a que nos conozcamos mejor y abrir nuestra mente, o bien a proponernos nuevos enfoques prácticos para disfrutar de nuestra sexualidad.
Ensayo: libros sobre diferentes aspectos relacionados con la sexualidad; desde orientación o identidades de género, a modelos relacionales o gestión de los celos, pasando por feminismo y otras reflexiones.
No. Igual que con otro tipo de lectura, tendrás que buscar un tema que te atraiga y parezca interesante. Si das con el tema adecuado, y consigues meterte mínimamente en la historia, puede ser el festival de la excitación.
No. Puedes encontrar libros que tratan la sexualidad desde un ángulo más científico o reflexivo. Esto no quita que pueda haber extractos que evoquen un recuerdo en tu mente y te excites, pero no es su función principal.
No obstante, la imaginación es muy poderosa y a veces sólo necesita un pequeño empujoncito para crecerse. Si te excitas con un libro sobre ensayo o una guía sexual, no hay nada de malo.
Son libros generales, y puede darse el caso de no ajustarse específicamente a tus necesidades. Sirven para orientarte, aportarte conocimientos y alimentar tu curiosidad. No obstante, puede que los consejos o recomendaciones no se adapten a tu realidad o tengas dificultades para ponerlo en práctica, no hay nada de malo en ello.
Si requieres orientación personalizada, es recomendable que solicites una consulta sexológica con una profesional de la materia.