Ya sabemos que cuando nos metemos en faena en lo erótico, suben las temperaturas. No obstante, hay otras maneras de aprovechar el cambio de temperatura, y con este estimular el cuerpo de una manera intensa y excitante.
Hay personas que prefieren entornos cálidos, otras que despiertan cuando bajan los termómetros. Desde aquí queremos brindarte opciones, sean cuales sean tus gustos, pero también animarte a probar. Quizá nunca te hayas imaginado notando algo muy frío sobre la piel, sintiéndolo como algo placentero, o te parece que el cuerpo humano ya es suficientemente caliente. No amigui, hay formas más intensas de explorar tus receptores sensoriales de temperatura y hacer que te explote el cuerpo de placer.
Goteo de helado
Si el dulce es lo tuyo, el helado es un gran aliado. Tienes la mezcla del frío y del sabor, ¿alguna vez chupaste un pezón con sabor a stracciatella, por ejemplo? Es el momento de probarlo. Puedes poner pedacitos de helado sobre el cuerpo de tu amante, pero también dejar que se derrita un poco e ir haciéndolo gotear por la piel para luego recoger cada gota con la lengua.
El frío del helado, la textura cremosa, y el aliciente de la estimulación oral son un planazo. Eso sí, evita zonas como la vulva o el ano para prevenir infecciones o reacciones dolorosas. Ahora también hay helados veganos o sin lactosa, así que no tienes excusa para saborear tu sabor preferido sobre la piel erizada de tu amante.
Calienta tu boca
El cuerpo tiene una temperatura media de unos 35-36 grados, y la boca es de las zonas más calientes junto con la vulva o el ano. ¿Y si aumentamos esa temperatura para sorprender con un bocado caliente?
Ingiere una bebida caliente antes de practicar sexo oral; no hace falta que te escaldes la lengua, pero sí que se pueda notar el calorcito añadido. Deja el vaso a mano, para poder ir recargando el calor a medida que se templa tu boca, alargando así el efecto. Jugar con la temperatura con esta práctica permite mezclar el juego térmico y el aporte de sabor.
Al agua, patos
El sexo en el agua, al margen de lo complejo que puede ser en determinados lugares, es realmente refrescante. Claro, un refrescante a nivel sensitivo, porque puede hacerse tanto con agua fría como caliente; practicarse en la ducha, el jacuzzi, la piscina o el mar. Casi cualquier masa de agua, o espacio suficientemente amplio para permitir el remojo, son tentadores en este plan.
Ya sea que dejes caer gotas de agua de tus dedos sobre tu pareja, que dejéis que los chorros de un jacuzzi os estimulen puntos eróticos, como que os sumerjáis en la piscina durante la penetración, el sexo en el agua es brutal. Evita, eso sí, el exhibicionismo a menos que esté explícitamente permitido. El lubricante con base de silicona será el mejor aliado, y evitar el mar o aguas muy tratadas con químicos en juegos de penetración, la mejor decisión.
El morbo y el juego erótico que tiene el hielo es impresionante, sirve para inspirar grandes y excitantes momentos. Puedes ponerlo en la boca durante un rato antes de practicar sexo oral a tu pareja, el efecto del frío sobre la calidez de sus genitales será una sorpresa brutal.
Jugar con la temperatura, pasando el hielo, es un juego entretenido para caldear el ambiente, en especial cuando el encuentro se da entre más de 2 personas. Se pasa el hielo de labios a labios, sin que se pueda caer. Pero si se cae, tampoco hay drama, siempre hay formas de continuar la partida...
Entre mis favoritos, rozar la piel con el hielo. Como si fuera una extensión gélida de nuestros dedos, acariciaremos el cuerpo de la pareja, recorriendo cada rincón y prestando especial atención a los más sensibles. Verás que la piel se eriza, los pezones se tensan y su cuerpo va retorciéndose en una mezcla entre frío y placer. Nunca metas el hielo en la vagina o el ano, podrías provocar una quemadura y arruinar la experiencia.
Calienta con tu boca
Tu boca también puede ser usada para calentar a tu pareja, y no sólo como estás pensando... Si soplamos solemos expedir el aire medianamente fresco (dentro de las posibilidades climáticas), pero si respiramos cerca de su piel, o exhalamos como si formáramos vaho, calentará cada rincón que toque.
Probar esto con el contraste ocasional de un hielo será alucinante. Tu pareja no sabrá por dónde sorprenderás, y estará alerta esperando el calor o el frío.
Al calor de las velas
La luz de las velas es muy romántica, y también puede ser un preludio de una noche intensa de placer. El calorcito que aporta reconforta, pero una vela puede ofrecer más.
Existen velas perfectas para estos juegos de temperatura. Las velas de masaje se derriten, haciendo que se convierta en un aromático aceite de masaje templado. Tras encenderse, habitualmente no lleva más de 20 minutos que se forme el aceite. Antes de volcar el aceite sobre la piel de tu amante, apaga la vela y prueba la temperatura sobre el dorso de la mano. Si está demasiado caliente, espera unos segundos. Están diseñadas para no quemar la piel, pero siempre hay personas que tienen la piel mucho más sensible.
Cuando esté lista, ponte manos a la obra con el masaje estimulante. El calor del aceite, más el que generan tus manos o cuerpo, será lo que faltaba para hacer arder tu noche.
Enfría tu lubricante
Hay cosméticos que se pueden guardar en el frigorífico para mantener sus propiedades intactas, otros que reconforta haber guardado en la puerta del frigo o en el cajón del congelador porque mejora la sensación del lubricante al aplicarlo o porque hace que dure más en climas cálidos, permitiendo jugar con la temperatura.
Cuando el calor aprieta, o simplemente cuando te apetece algo fresquito, puedes enfriar tu lubricante preferido. Mételo un rato antes en el frigo y gozarás de su textura a pocos grados, haciendo que sea refrescante aplicarlo sobre la piel o usarlo durante la penetración.
Más allá de los recursos domésticos, podemos hacer uso de cosmética erótica. Hay una gran variedad de productos que proporcionan, de manera autónoma, sensación de frío o de calor. Esto se produce gracias a sus componentes, que sensibilizan la zona para que esté mucho más receptiva ante cualquier estímulo.
En general, sólo será necesario aplicar una pequeña cantidad. Siempre es mejor tener que aplicar posteriormente, que pasarse y terminar teniendo un mal rato. Hay cosméticos de distintas intensidades, tanto con efecto frío como calor, antes de lanzarte a chorro prueba una gota pequeña en los labios. Esto te ayudará a tener una idea aproximada de cómo se sentirá en los genitales.
Juguetes con efecto calor
La juguetería erótica también tiene cabida en esto de las temperaturas. Más allá que haya materiales que se adapten rápidamente a la temperatura corporal, también los hay que cuentan con un calentador interno. Esto hace que el juguete pueda llegar, según modelos, hasta los 40 grados. Más caliente que si otra persona fuera quien jugara en nuestros genitales.
Ya sean vibradores con calentador interno, o calentadores para mangas masturbadoras, no se corre el riesgo de quemarse. No alcanzan temperaturas extremas, y los eléctricos se bloquean una vez llega a la máxima admitida por el fabricante.
Juguetes para efecto frío
Jugar con la temperatura permite a los juguetes ir más allá. Si bien antes hablaba de los que incluyen calefactores internos, ahora vienen esos que permiten ser enfriados como si pensáramos echarlos en un vaso con ron.
Los juguetes como los dildos de metal, cristal, cerámica o piedra son ideales para experimentar el frío más excitante. Estos materiales son fríos por naturaleza, pero podemos bajar aún más los grados metiéndolos en el frigo o congelador un rato, o bien pasándolos por agua. Asegúrate de no excederte para no provocar una quemadura, y si está demasiado frío, espera unos segundos a que aumente la temperatura.
Sobre la piel es una sensación muy placentera, pero la penetración con estos fríos juguetes, resulta indescriptiblemente gozosa.
En conclusión, jugar con la temperatura en la cama puede añadir una nueva dimensión de placer y excitación a tus experiencias sexuales. Ya sea experimentando con el frío del hielo o la frescura de los juguetes enfriados, o disfrutando del calor de las velas y los productos estimulantes, hay infinitas posibilidades para explorar y descubrir nuevas sensaciones.
Los vibradores con efecto calor y los juguetes diseñados para el frío son excelentes opciones para aquellos que desean experimentar sensaciones intensas y diferentes. Puedes encontrar una amplia variedad de estos juguetes en un sex shop, donde podrás descubrir nuevas y emocionantes formas de disfrutar del placer.
En resumen, no tengas miedo de probar cosas nuevas en el sexo y de experimentar con el juego de temperatura en la cama. Los vibradores, el sex shop y la exploración de zonas del cuerpo pueden llevarte a nuevas y excitantes experiencias. ¡Deja volar tu imaginación y disfruta de un mundo de placer y sensualidad!
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