Los sexólogos, nuestros aliados para mejorar nuestras relaciones
El sexo es una parte esencial de la vida de cualquier persona adulta, sea del tipo que sea, y lo básico es explorarlo, descubrir lo que nos gusta y lo que no, ir tomando consciencia de nuestro cuerpo y nuestras necesidades, y disfrutarlo.
Evidentemente, cuando tenemos problemas de corazón, necesitaremos un cardiólogo, cuando hay alguna carencia emocional acudimos al psicólogo, y si el problema es que no disfrutamos del sexo o hay dificultades, el especialista es el sexólogo.
¿Cómo puede ayudarnos un sexólogo a mejorar nuestra relación de pareja?
El sexólogo resuelve problemas relacionados con la salud sexual, que son mucho más habituales de lo que pensamos, sin embargo, hoy día existen demasiados prejuicios y mucho miedo al rechazo de la pareja si se plantea que hay algún inconveniente relacionado con el sexo.
Esto lleva a que muchas personas que padecen problemas de índole sexual, sean o no graves, no acudan a los especialistas adecuados para solucionarlos; y evidentemente, a medio plazo, puede perjudicar o incluso romper nuestra relación de pareja.
Entre los profesionales encargados de tratar las disfunciones sexuales están los ginecólogos, urólogos y sexólogos. Todos trabajarán de forma conjunta para abordar cada caso particular.
Sus conocimientos son especialmente útiles en momentos de cambio, como la adolescencia, el inicio de la convivencia en pareja, el embarazo, la crianza, la jubilación, la aparición de enfermedades o la menopausia.
Pueden orientar a las parejas para superar las dificultades comunes, y eliminar tabúes, etiquetas y miedos. Obtener confianza mutua es esencial para poder llevar una vida sexual saludable y una vida en pareja satisfactoria.
¿Cuáles son los problemas más frecuentes que trata un sexólogo en consulta?
Un sexólogo es un experto en Sexología, que es una rama de la psicología que se encarga de resolver los problemas relacionados con la salud sexual; y así, se encargan de ayudar a las personas a llevar una vida sexual sana, completa y satisfactoria. Veamos algunos de estos problemas.
Disminución del deseo sexual
La falta de deseo genera importantes problemas en las relaciones de pareja, sobre todo, si no se logra entender los motivos. Si bien es mayor el porcentaje de mujeres afectadas, también ocurre en hombres. Atajarlos adecuadamente es imprescindible.
La frustración generada por la ausencia de deseo sexual es bastante común en estos casos, y habitualmente se debe a una falta de comunicación, o a la expectativa de que una alta actividad sexual es imprescindible.
La falta de deseo sexual en ambos sexos también suele acompañarse de otros problemas físicos o psíquicos, que pueden ser tanto su causa como su efecto, por ejemplo, abatimiento, bajo estado de ánimo, desinterés en otras actividades de la pareja o un elevado grado de estrés.
Anorgasmia
Se trata de la imposibilidad de alcanzar el orgasmo a pesar de que haya mucha estimulación; en la mayoría de los casos el problema es psicológico, aunque en ocasiones puede ser fisiológico.
Es un problema muy común en las mujeres, y causa frustración y agotamiento emocional. La anorgasmia selectiva, se presenta cuando no se logra tener un orgasmo con un compañero, pero sí con otro o sola durante la masturbación.
Dispareunia
También llamada coitalgia, y consiste en padecer dolor al tener relaciones sexuales con penetración o después; puede presentarse más en mujeres, y suele estar relacionada con otras patologías y afecciones sexuales como los relacionados con el suelo pélvico.
Si la afección está relacionada con problemas de suelo pélvico, muy comunes tras el parto, deben ser tratadas por ginecólogos y fisioterapeutas además de con sexólogos para su correcta resolución.
Vaginismo
El vaginismo es la contracción involuntaria de los músculos perineales, que rodean la vagina entre otros órganos, durante la penetración. Esto impide el coito, o lo hace muy doloroso. Puede provocar en la mujer gran impacto negativo en la autoestima, frustración y mal humor.
Esta afección está estrechamente relacionada con la anterior porque se refiere a la incapacidad de permitir la penetración en la vagina debido a la tensión de los músculos vaginales y, normalmente, cursa con mucho dolor. Podría verse como un nivel superior de dispareunia, puesto que en muchos casos el vaginismo no permite la más mínima interacción al cerrarse la vagina por la tensión muscular, sintiéndose cualquier interacción realmente dolorosa.
Eyaculación precoz
El trastorno de eyaculación precoz se debe a la falta de control voluntario en el reflejo eyaculatorio, el cual hace que la eyaculación se produzca mucho antes de lo que se quería: normalmente, en segundos o en los primeros minutos tras iniciar el contacto sexual.
Suele tener su origen en problemas psicológicos como la ansiedad, aunque influyen otros factores como el hereditario, físicos como mala circulación o sensibilidad extrema, o educacionales originados en masturbaciones rápidas y compulsivas para "no ser pillado" en la adolescencia. Su resultado es la frustración, ya que perjudica en parte el encuentro sexual.
Disfunción eréctil
Esta disfunción sexual masculina común se da cuando se tienen dificultades para lograr o mantener una erección. Independientemente de sus causas (médicas o psicológicas), es una disfunción que suele afectar mucho a los hombres y a sus relaciones de pareja. En gran parte, el impacto vital de esta disfunción se debe a presiones o expectativas propias y/o ajenas, y la idea de que si no se logra una erección potente, se es menos hombre; spoiler, no es así.
Incapacidad eyaculatoria
Algunos hombres presentan problemas relacionados a la falta de eyaculación. La ansiedad o miedo a contraer alguna enfermedad o dejar embarazada a la pareja suelen estar asociados con dicho problema. Puede presentarse como eyaculación retardada (tardar mucho en correrse), o ausencia de eyaculación.
Problemas de pareja
Los mitos o tabúes que rodean a la sociedad, especialmente respecto de la sexualidad femenina y su placer, hacen que muchas veces las parejas no se entiendan bien sexualmente.
Esto, unido a la falta de comunicación, y disfunciones sexuales de uno o ambos miembros de la pareja, pueden ser puntos de conflicto y distanciamiento en la relación de pareja.
Vida sexual después de una enfermedad
Ocurrida una enfermedad o cirugía como una histerectomía, la penetración puede conllevar mucho dolor tanto en el plano físico como en el psicológico. La calidad de vida de la mujer mejora, pero los encuentros sexuales pueden resentirse.
Tanto la ayuda y comprensión de la pareja, como el asesoramiento por parte de un especialista, serán elementos fundamentales para superar las dificultades en el camino de la recuperación.
Consejos que comparten los sexólogos sobre las relaciones
Mejorar la comunicación de la pareja
Uno de los puntos esenciales e imprescindibles en la relación de pareja es mejorar al máximo la comunicación de la pareja, ya que es esencial para disfrutar de una relación plena también en el ámbito sexual.
La mayoría de los problemas se derivan de una comunicación deficiente, en todos los planos y no solo en el sexual, pero en este área, perjudica que los contactos íntimos no sean buenos y desgastan la relación.
Las relaciones deben basarse en la igualdad
Las relaciones deben ser equitativas, debiendo cuidar la igualdad en la relación de pareja, la relación es horizontal. Si esto no es así, se resuelve tratando todos aquellos traumas o maneras de relacionarnos que son disfuncionales y que hemos aprendido.
Es esencial conocer nuestro cuerpo, ya sea mediante la masturbación solo o en pareja, nos permite conocernos y experimentar para disfrutar con más seguridad las relaciones de pareja.
El momento de intimidad con uno, especialmente en el caso de las mujeres, puede generar cierta reticencia y prejuicios, y comenzarán a aparecer falsas creencias y mitos que no son ciertos, limitándonos a nosotros mismos en cuanto al placer.
La masturbación nos permite seguir descubriendo nuestro cuerpo y sabiendo qué nos gusta para, después, decírselo a la otra persona y disfrutar así, juntos, de una relación sexual mucho más placentera.
También es importante añadirle nuevos estímulos a la relación, introduciendo prácticas nuevas, juguetes eróticos, probando nuevas posturas, o utilizando técnicas diferentes. Ello siempre hace la vida sexual más dinámica y agradable.
Detener el piloto automático
El sexo debe ser un acontecimiento placentero para ambos, que genere una excitación creciente y mutua, dejándose llevar por el momento y por el cuerpo de uno y la reacción del cuerpo del otro.
Nunca debe realizarse como algo rutinario, o meramente para cubrir una necesidad fisiológica, o cuando se está buscando un bebé. En estos casos, la relación sexual degenera y no suele ser tan placentera como debiese.
Habla sobre sexo después del sexo
Comunicación y más comunicación. Tras el sexo, es importante pasar unos momentos de relax a solas con tu pareja, relajándose, y hablando de cómo ha resultado la experiencia, de lo que nos gusta más o menos, y de si es posible mejorar algo o cómo nos apetece que sea la próxima vez.
Uso y abuso de lubricantes.
Pese a que en ocasiones en necesario el uso de lubricantes, especialmente durante el periodo de menopausia de la mujer o en determinadas prácticas eróticas, debemos tener en cuenta siempre su composición y escoger el que contenga componentes lo más naturales posibles.
En caso de sensibilidad, o abuso, pueden provocar irritación genital o alterar el pH vaginal, lo que puede dar lugar a infecciones; si se está buscando un embarazo, el lubricante puede afectar la calidad del esperma y la motilidad de los espermatozoides, afectando o imposibilitando la inseminación (si es tu caso, consulta qué lubricante es recomendado).
Cuida la autoestima
No debemos creer en los tópicos ni lo que se ve en las películas, porque no es real y debemos aprender a separar una cosa de la otra. Por ejemplo el mito de llegar al orgasmo juntos, el tamaño del miembro masculino, o el orgasmo femenino inmediato…
Para cuidar la autoestima ayudan mucho los puntos comentados anteriormente, la exploración individual y mutua, la comunicación, no crearse expectativas o ideales no realistas… y sobre todo, si existe algún trauma o problema de autoimagen o autoconcepto, acudir a un especialista.
Cuando aparece el deseo, no le cierres la puerta
Parece obvio, pero no lo es. Lógicamente, no en todo momento en que algo hace saltar nuestro deseo es posible mantener una relación sexual, sin embargo, si las condiciones son propicias, no te limites.
Si surge la llama, es importante para una relación sexual saludable hacérselo saber a tu pareja, ya sea verbalmente o mediante caricias y besos que hagan que tu pareja sepa que estás excitado. A partir de ahí, es cosa de dos.
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