Seguro que alguna vez has dado o te han dado algún azote durante el sexo. Pues eso es, resumiendo muchísimo, el spanking. Pero como en realidad es una práctica mucho más enriquecedora de lo que puede parecer, veamos en qué consiste.
¿Qué es el Spanking?
El spanking es el arte de disfrutar de los azotes, siempre de manera consensuada y consentida, únicamente dentro del terreno sexual entre dos personas adultas.
Probablemente, lo primero que se te venga a la mente sea el sado light que nos mostraron Christian y Anastasia en ‘Cincuentas Sombras de Grey’.
Pero el spanking es una práctica mucho más profunda de lo que parece. Implica un juego de roles de dominación y sumisión entre el spanker (azotador) y el spankee (azotado). Esta práctica puede alcanzar distintos niveles en función del deseo y aguante de los amantes. Como siempre en el sexo, la comunicación y la confianza son imprescindibles también para practicar el spanking.
Qué beneficios tiene el azote
El spanking estimula las terminaciones nerviosas de nuestros genitales. Esto se traduce en que cuando nos dan un azote nos excitamos más.
Y este es solo uno de los muchos beneficios del spanking, veamos algunos más:
Aumenta el placer: porque se incrementa nuestro ritmo cardiaco y, por tanto, la excitación de las personas que lo están practicando.
Genera cortisol: la excitación que provoca el spanking hace que el organismo genere cortisol, una hormona fundamental para combatir el estrés y las infecciones.
Produce endorfinas: durante el spanking y el sexo el cerebro produce endorfinas, hormonas que se encargan de hacernos sentir felices, porque nos producen bienestar.
Calidad: mejora la calidad de tus encuentros porque nos ayuda a mejorar la confianza en la pareja, ya que la persona que azota tiene el control sobre la persona azotada.
Comunicación: hará que os conozcáis mejor, hablarlo antes de practicarlo y, sobre todo, presta atención a las reacciones de la otra parte.
Esta técnica se puede practicar con las manos, pero por si quieres ir un poquito más allá te contamos qué accesorios de Spanking puedes usar, siempre con control y seguridad.
Azotadores: podrás azotar a tu pareja descubriendo nuevas posibilidades en vuestras relaciones sexuales. Van desde la tela para los juegos más inocentes, hasta el cuero endurecido e incluso con tachuelas para subir el nivel.
Fustas: explora tu lado dominante o sumiso con una fusta. Suelen ser semirrígidas con una vara en cuyo extremo puedes encontrar una pequeña pieza que será la responsable del azote.
Látigos: un clásico del spanking, pero requieren de cierta destreza y técnica. No hay porqué usarlo siempre sobre el cuerpo de la otra persona, puedes fustigar otra superficie para reforzar la dominación.
Partes del cuerpo para practicar un Spanking seguro
Para una práctica de spanking segura hay que seguir unas reglas básicas:
Empieza el calentamiento quitando capas de ropa hasta quedaros sin nada.
Para medir las reacciones lo mejor es ir de menos a más, sube la intensidad poco a poco para poder parar a tiempo.
No azotes siempre en la misma zona, distribúyelos de manera uniforme.
Nunca azotes por encima del límite de las nalgas, podrías dañar zonas como el coxis o los riñones. Y cuidado con la zona de los muslos porque es muy sensible.
Recuerda siempre que la práctica del spanking también debe ser consensuada.
Cómo puede ser el Spanking
Las posibilidades del spanking son casi infinitas.
Se puede dar en cualquier momento o situación en la que estéis practicando sexo, en la cama, sobre la mesa, de pie, contra la pared… Usa las manos, algunos de los elementos que te hemos recomendado o incluso objetos caseros.
Solo asegúrate siempre de que no vais a correr ningún riesgo y ¡a disfrutar!
Recuerda mimar y cuidar después de practicarlo
Después de cualquier sesión de spanking, sobre todo si la intensidad ha sido alta, es recomendable poner atención en los cuidados posteriores.
El aftercare es muy importante y puede marcar la diferencia entre una buena y mala experiencia. Además de revisar y curar las posibles lesiones, es necesario que habléis para comentar cómo os habéis sentido.
Ahora que ya sabes lo que es el spanking, ¿te atreves a practicarlo?
La incorporación de vibradores en el spanking puede añadir una dimensión extra de placer y estimulación. Al alternar las palmadas con el uso de un vibrador en las zonas erógenas, como el clítoris, el perineo o el ano, se puede intensificar la experiencia y generar una combinación única de sensaciones.
No dudes en explorar las diferentes opciones de vibradores disponibles en nuestra sex shop para enriquecer tus prácticas de spanking y llevar tus encuentros sexuales a un nuevo nivel de disfrute.
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