¿Te atreves con todo? 5 prácticas sexuales a considerar
Si el sexo que podríamos llamar “convencional” se te queda corto, tenemos buenas noticias: existe un paso más allá. Y hoy te lo vamos a enseñar nuevas prácticas sexuales a considerar.
Nuevas Prácticas Sexuales a considerar
‘Bondage’: Atados
El bondage es una de las prácticas sexuales más en boga, consistente en atar e inmovilizar a tu pareja. Incluida dentro del BDSM, el bondage necesitará de elementos como cuerdas, telas, esposas o corbatas para ser practicado. De hecho, es la B (bondage) de BDSM.
Lo que produce placer en el bondage es, además de la sumisión, la presión de las cuerdas y su roce con ciertas zonas del cuerpo. Y, por supuesto, también la dominación.
Para iniciaros en el bondage necesitaréis primero hablar sobre el tema; que las dos partes sepáis en qué consiste, quién va a ser la persona sometida, con qué va a ser atada... y, claro, necesitaréis ese elemento de inmovilización que hayáis elegido.
Practicar bondage conlleva muchos beneficios en la práctica sexual. Además de romper la rutina en las parejas, introduce en las relaciones el misterio, el morbo y la sumisión. La persona atada tiene un chute de adrenalina, y la otra una enorme excitación por la sensación de que lleva el control de la situación.
‘Dogging’: amantes públicos
Quizás te suene más el nombre de cruising, pero viene a ser lo mismo que el dogging: practicar sexo con desconocidos en lugares públicos. La diferencia es que se tiende a especificar el cruising para homosexuales, y el dogging, que nos ocupa, se hace extensible a los heterosexuales.
Los lugares elegidos para practicar sexo con desconocido suelen ser sitios escondidos, apartado del mundanal ruido o al aire libre. En este sentido, podemos hablar de descampados, bosques, dunas, parques... Quienes practican dogging pueden disfrutar con los mirones, e incluso que se les vayan sumando participantes.
El dogging tiene un lenguaje que conviene conocer si vas a practicarlo. Por ejemplo, si estás ya con otra persona y quieres que una tercera se sume, deberás practicar sexo con la luz del coche encendida o la puerta abierta en el caso de que ese sea el lugar donde has elegido mantener una relación sexual. Si te encierras a oscuras, los demás doggers sabrán que prefieres seguir a lo tuyo con la persona que has elegido y que no aceptas más participantes.
El coche suele ser el lugar donde más sexo se practica y, en él, la postura más cómoda suele ser la del perro. Por esto, y por su nombre en inglés, dog, esta práctica se llama dogging.
Cuando hablamos de spanking al hablar de prácticas sexuales, nos estamos refiriendo a la que incluye azotes o nalgadas. Incluida dentro del BDSM, es cada vez más popular entre las parejas. Eso sí, no a todas las personas les gusta, y hay quienes hasta lo ven como algo agresivo. Pero si estás leyendo esto seguro que eres de los que, como mínimo, le apetece probar algo nuevo y descubrir cómo reacciona tu cuerpo cuando alguien te golpea el trasero mientras practicáis sexo.
A la hora de hacer el spanking es importante definir unos roles: quién será el dominante y quién se dejará dominar.
Conviene siempre empezar azotando con las manos, y de un modo suave, para ir aumentando de intensidad a medida que ganéis confianza, y placer, con el spanking.
Llegará un momento en el que las manos se queden cortas y querréis usar correas, fustas... Siempre controlando que el nivel de excitación no haga que se nos vaya de las manos la energía con la que azotamos a nuestra pareja. ¡Que no llegue nunca ser violento!
Para evitar ese incómodo momento de posible violencia, lo mejor, como en toda práctica sexual, es la comunicación con tu pareja. Debes tener claro qué quiere tu pareja, dónde está su límite... También es importante tener cuidado con las zonas, pues no todas son seguras de azotar.
Si eres de los que piensa que con la comida no se juega, el splosh no está hecho para ti. Esta práctica sexual consiste en embadurnarse el cuerpo de comida con fines eróticos. Puede ser miel, nata, chocolate... y hasta unos spaguettis.
Con el tiempo, la práctica del splosh ha evolucionado y ya incluye sustancias no comestibles como el barro o la pintura. Pero claro, estas últimas nos impiden que tras embadurnarnos, nos comamos “la comida” sobre el cuerpo de nuestra pareja.
En todo caso, no hace falta llegar a comer o lamer la comida. Quién practica el splosh puede obviar esta parte y disfrutar únicamente del momento en el que los olores, las texturas y sensaciones de la comida expandiéndose en su cuerpo producen.
Tantra
Aunque se viene a pensar que el tantra es una práctica sexual, en realidad no lo es. Siendo correctos, tenemos que decir que es una doctrina esotérica basada en textos milenarios sagrados del budismo, hinduismo, jainismo y el bönpo, y que busca la plenitud a través de la conexión con uno mismo.
Hecha esta aclaración, no cabe duda que el tantra lleva años con una estrecha relación con el sexo. Cuando hablamos de sexo tántrico nos referimos a una práctica sexual que bebe de los principios del tantra para conseguir relaciones sexuales más plenas.
Por ejemplo, el tantra da importancia a vivir el presente, a concentrarse en el aquí y el ahora. Si conseguimos que en nuestras relaciones sexuales el presente sea intenso, serán más satisfactorias.
Para el tantra no es importante la penetración, sino que nos invita a jugar sensual y sexualmente con todas las partes de nuestro cuerpo. La naturalidad del acto sexual y la libertad de practicarlo es básico. Si logras tener esa libertad mental, vas a disfrutar muchísimo.
Es fundamental disfrutar del momento y dejarse llevar en estas experiencias sexuales. Para agregar variedad a tus encuentros íntimos con tu pareja, puedes explorar el uso de juguetes sexuales y vibradores en nuestra sex shop. Recuerda que lo esencial es experimentar sin inhibiciones y permitir que el placer fluya de forma natural.
Ya conoces algunas estupendas prácticas sexuales. ¿Te atreves a ponerlas en práctica?
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