El sexo es maravilloso. En Belover nos encanta disfrutar de él, en todas sus formas, modalidades, posturas, juegos… pero ante todo, nos gusta disfrutarlo de forma segura y placentera. Por ello, no debemos olvidar que existen Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).
Queremos hablarte de ellas, de cómo reconocerlas y, lo más importante, prevenirlas.
¿Qué son las ITS?
Según sus siglas, ITS, son Infecciones de Transmisión Sexual que se contagian durante la práctica sexual, tanto genital, oral, como anal. Las ITS son diferenciadas por su causante (un virus, bacteria o parásito…), sus síntomas, efectos y consecuencias para el organismo.
No debemos confundir ITS con ETS (Enfermedad de Transmisión Sexual) porque, de hecho, las primeras causan las segundas, pero no siempre. Es decir, algunas infecciones se quedarán en eso, en infecciones, sin llegar a desarrollar una enfermedad.
Algunas ITS se curarán con antibióticos de un modo sencillo, pero no debemos relajarnos pensando que todas son curables, porque algunas no lo son.
Según qué prácticas sexuales realices así serán los riesgos
Las ITS pueden contagiarse por diferentes prácticas sexuales, ya sea orales, anales, genitales… Dada la variedad de las relaciones, el riesgo de contraer alguna de las ITS también varía.
Según la práctica sexual: Cuando una relación sexual implica penetración en vagina o ano, el riesgo de contagio se considera alto. Intercambiar juguetes sexuales o el contacto anal-genital o buco-genital tiene un riesgo medio, y la masturbación es la práctica más segura puesto que su riesgo es bajo.
Según la duración: Cuanto más dure una relación sexual, más riesgo de contagio habrá.
Según su intensidad: las prácticas bruscas tienen un riesgo mayor de producir algún contagio sexual, ya que pueden llegar a dañar algún tejido, lo cual facilitará la infección.
Si consumes alguna sustancia: el alcohol y las drogas suelen provocar situaciones de euforia en la que nos desinhibimos, y eso puede hacer bajar la percepción del riesgo.
Cómo reduces los riesgos durante las prácticas sexuales
Según el tipo de relación sexual que vayamos a practicar, podemos tomar algunas medidas para reducir riesgos de contagio de ITS.
Si hay penetración
Ya hemos comentado que en el caso de la penetración, el riesgo de contagio es alto. Y lo es porque hay un alto contacto entre los fluidos y las mucosas de la vagina, o el ano. La mejor forma de prevenir el contagio durante la penetración será usar siempre preservativo, tanto en el pene/vagina como en un hipotético juguete sexual.
Cuando hay sexo oral buco-genital o buco-anal
Englobamos aquí cualquier relación sexual que implique un contacto de la boca con la zona genital o anal. En este caso, es necesario usar láminas de barrera, fabricadas de látex, que permiten disfrutar del sexo oral sin riesgos.
Durante el rozamiento genital y anal
Otro tipo de práctica sexual con alto riesgo, es cuando se produce un contacto directo entre fluidos corporales y algún tipo de lesión corporal como verrugas, llagas… De nuevo, el uso de preservativo o de láminas de látex son la mejor prevención posible.
Las prácticas en las que hay roce entre los genitales o con otras partes del cuerpo pueden suponer un riesgo para la transmisión de la ITS. En este tipo de prácticas hay contacto directo entre los fluidos corporales y las posibles lesiones de la piel como pueden ser cortes, pequeñas llagas, verrugas, etc…
Cuáles son los síntomas de las ITS
Uno de los problemas de las ITS es que muchas son silenciosas, y no presentan síntomas o, si los tienen, son leves y poco visibles. Por ello es común que puedan producirse contagios al no saber que estamos infectados.
En todo caso, sí existen algunos síntomas que pueden hacernos ver que algo no va bien:
- Escozor vaginal.
- Secreciones de pus en la zona anal, vaginal o el pene.
- Verrugas, ampollas, llagas… en la boca o la zona genital.
- Ardor al orinar y/o defecar.
- Fluidos diferentes a los habituales.
- Sangrar tras una relación sexual.
- Sangrar más de la cuenta cuando tenemos el período.
Virus del papiloma humano (VPH)
El virus del papiloma humano es la ITS más frecuente. Se estima que el 80% de las personas con una vida sexual activa lo sufrirán en algún momento. El virus puede permanecer inactivo en el organismo durante años, por lo que no es posible determinar el momento del contagio.
En la mayoría de los casos, el propio sistema inmunitario combate el virus sin necesidad de un tratamiento, pero otros pueden causar verrugas genitales o incluso derivar en cáncer de cuello de útero si no son detectadas a tiempo las posibles lesiones.
Que hablemos de cáncer de cuello de útero no quiere decir que el VPH afecte sólo a mujeres. Los hombres también pueden infectarse. El VPH y sus posibles lesiones premalignas se pueden detectar fácilmente mediante una citología.
Sífilis
La sífilis se contagia a través del sexo oral, vagina o anal, es decir, cuando hay contacto de piel con piel, y la provoca una bacteria. Es otra ITS muy frecuente.
De nuevo, a veces no presenta síntomas, pero otras sí, siendo los más frecuentes pequeñas úlceras o llagas en la zona genital. Cuando nos contagiamos de sífilis, aparece una úlcera indolora que, al desaparecer, irá acompañada de erupciones en las palmas de pies y manos. La sífilis se trata con penicilina.
Clamidiasis
La bacteria Clamidia provoca esta ITS al practicar sexo oral, vaginal o anal. Podemos tener clamidiasis mucho tiempo sin enterarnos. Cuando sí presentan síntomas, suelen ser en forma de secreciones anormales, sangrado tras la penetración, molestias al orinar…
Se cura fácilmente con antibióticos.
Gonorrea
De nuevo, el sexo oral, vaginal o anal puede trasmitir la gonorrea. La bacteria que la produce se encuentra en el semen y en las secreciones vaginales. Puede afectar al pene, la vagina, el cuello del útero, ano, uretra, garganta…
Puede ser tratada fácilmente con antibióticos pero, en este caso, es poco habitual que presente síntomas por lo que su detección no es sencilla.
Verrugas genitales o condilomas
El VPH del que te hemos hablado más arriba puede causar estas verrugas genitales. Aparecen entre la semana cuatro y ocho desde el momento de la infección. Afectan a la vulva, el pene, el ano y la boca, produciéndose el contagio cuando entramos en contacto con alguna de esas verrugas.
Las verrugas se tratan eliminándolas.
Herpes genital
El herpes genital es una infección producida por el virus del herpes. Podemos contagiarnos de él al practicar penetración, cualquier roce de piel o cualquier práctica buco genital.
Esta ITS es fácilmente detectable a la vista, ya que aparecen ampollas en la zona genital, anal y en los pezones que, además, suelen ser dolorosas.
Cuando el herpes desaparece, el virus sigue latente en el organismo, por lo que puede aparecer de vez en cuando, generalmente cuando tenemos alguna situación de estrés o cuando nuestro sistema inmune se debilita.
Hepatitis B
La hepatitis B es un virus que provoca la inflamación del hígado. Se transmite a través del sexo oral y del sexo con penetración.
En muchas ocasiones no tiene síntomas y se cura sola, pero en un pequeño porcentaje de gente puede llegar a ser una enfermedad crónica.
La mejor prevención es ser vacunados contra la hepatitis B.
Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) y SIDA
El VIH es el virus que, en su estado avanzado, provoca el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), y ataca a nuestro sistema inmunológico. Poco a poco destruye sus células, algo que produce una situación de debilidad ante otro tipo de enfermedades.
El VIH suele contagiarse a través del contacto de alguna membrana mucosa genital, heridas, cortes, sangre... y, pese a que se suele pensar lo contrario, también a través del semen y el flujo vaginal.
Las personas con VIH pueden no presentar síntomas durante mucho tiempo, por lo que conviene hacerse pruebas de detección periódicamente para descartarlo.
Cómo prevenir las ITS
Ya te hemos explicado cómo puedes reducir los riesgos de contagio pero… ¿Por qué no prevenirlas directamente? Toma nota de estos consejos:
El preservativo será tu mejor aliado en la prevención de las ITS, tanto en el sexo anal, vaginal, oral o el uso de juguetes, los cuales, por cierto, nunca debes compartir sin antes una completa limpieza y desinfección.
Usa lubricantes de base de agua, porque son compatibles con todo tipo de preservativos y juguetes sexuales.
No olvides que debes realizarte chequeos médicos periódicos para asegurarte de que no tienes ninguna ITS. Ya has visto que muchas no tienen síntomas, por lo que es conveniente estar seguros para evitar ser un “contagiador”.
No dudes en utilizar vacunas si existen para alguna determinada ITS.
Y, por supuesto, si estás contagiado con alguna, sé responsable y guarda las precauciones temporales oportunas antes de volver a tener algún contacto sexual.
Si crees que te has contagiado, actúa con rapidez
Si has tenido alguna relación sexual de riesgo, y tienes dudas de poder estar contagiado, debes actuar rápido, acudir al médico y tener un chequeo médico.
Cuanto antes sepamos que tenemos una ITS, si es que nos hemos contagiado como tememos, antes podremos ponernos en tratamiento y, muchas de ellas, se curarán de forma sencilla.
Las pruebas para detectar una ETS son rápidas y sencillas
Las pruebas para detectar un ETS son sencillas y rápidas, y podrás solicitarlas en tu centro de salud. Suelen ser una muestra de orina, un análisis de sangre y/o una revisión ginecológica o urológica.
La única forma de descartarlo es haciéndote una prueba
Cuando hemos tenido una relación sexual de riesgo, o cuando notemos algunos síntomas extraños, la mejor forma de salir de dudas es, siempre, hacernos una prueba médica.
Esperemos que este pequeño monográfico sobre las ITS te ayude a afrontar tus relaciones sexuales con mayor seguridad.
Importancia del uso del condón en la prevención de las ITS
El uso del condón es fundamental cuando se trata de prevenir las infecciones de transmisión sexual (ITS). El condón masculino, conocido también como preservativo, es considerado el mejor aliado en la protección contra las ITS.
Al utilizar correctamente el condón durante las relaciones sexuales, se crea una barrera física que impide el contacto directo de los fluidos corporales y, por lo tanto, reduce significativamente el riesgo de contagio de enfermedades como el VIH, la gonorrea, la clamidia y muchas otras. Además, el condón también puede prevenir embarazos no deseados, convirtiéndose en una herramienta de doble protección.
Puedes encontrar lo que necesites para tus relaciones sexuales saludables en nuestra sex shop online.