Que no todos los penes son iguales es algo que todo el mundo sabe, pero quizá lo que no es tan conocido es la cantidad de variaciones que existen, o que dependiendo de su fisionomía concreta hay posturas sexuales más satisfactorias que otras.
Lo principal es empezar por conocer de lo que hablamos: es decir, su anatomía. Cuando hablamos del pene debemos saber que se compone de una estructura externa y otra interna, que incluye en su parte externa el pene propiamente dicho.
El pene en sí, consta del glande, que es la punta o cabeza del pene, donde está la abertura de la uretra, que es por donde sale el semen y la orina. Esta es una de las partes más sensibles del pene.
El tronco es el cuerpo del pene y va desde el glande hasta la base, que es donde se junta con el pubis, en la parte baja del abdomen. Su forma es de tubo y en su interior se encuentra el conducto de la uretra entre otras estructuras.
El prepucio es una fina capa de piel que cubre y protege el glande. Cuando el pene entra en erección, el prepucio se retrae dejando el glande expuesto.
El frenillo es la parte donde se unen el prepucio y el glande. Está justo debajo de la cabeza del pene, y también es una de las zonas más sensibles.
Los testículos son dos glándulas en forma de huevo que están dentro del escroto, una bolsa de piel que se encarga de mantener una temperatura correcta y constante. La función principal de los testículos es la de producir esperma y andrógenos, como la hormona de la testosterona.
Siempre se ha comentado acerca del pene masculino en cuanto a sus características en estado de erección, si bien cuando el pene está en estado de reposo presenta ciertas características específicas acerca de su tamaño.
Estos presentan un tamaño considerable en su estado de reposo y cuando les llega la excitación apenas se percibe el aumento de su tamaño. Esto sucede porque sus paredes cavernosas son menores o más estrechas y no contienen de forma suficiente la sangre, por lo que el tamaño en erección no aumenta demasiado.
Son aquellos que en su estado normal son pequeños, pero que en cuanto se excitan llegan a crecer considerablemente, aumentando hasta tres veces su tamaño. Poseen paredes cavernosas grandes y anchas que se inflaman con sangre durante la excitación, incrementando el tamaño del miembro.
Durante la erección, el pene puede adoptar diferentes formas dependiendo del hombre, y en función de su forma, puedes disfrutar más con unas prácticas sexuales que con otras. Hablemos de morfología, aunque vaya por delante que cada órgano es único.
Con pene de libro nos referimos al estándar, el que suele considerarse “normal” y se usa para explicar anatomía, aunque no deja de ser un estereotipo, ya que no hay dos órganos iguales. El pene plátano se caracteriza por ser ancho en la zona media del tronco y estrecho en la base y la punta.
A su favor, teniendo la punta estrecha es perfecto para ir abriendo placenteramente el orificio vaginal y al mismo tiempo estimular la parte central de la vagina con su zona más gruesa. No requiere una total penetración para la estimulación.
Casi cualquier postura es adecuada para este tipo de pene, pero serán especialmente ideales aquellas donde haya más presión, se introduzca desde atrás o las que la persona con vulva tenga las piernas más juntas, como la postura del perrito o la postura de la cuchara.
Su glande es ligeramente afilado similar a la punta de un lápiz y su tronco es recto.
Lo positivo es que casi cualquier postura es buena para estimular de forma homogénea la vagina. Por el contrario, dado que aprovecha al máximo el largo del pene, podría molestar a la pareja en algunas ocasiones o posiciones.
Una de las posturas ideales para este tipo de pene es postura de la H y la postura de al borde de la cama. Al ser un pene uniforme, es el más adecuado para practicar sexo anal.
La peculiaridad de este tipo de pene, es que está más o menos curvado hacia un lado, hacia arriba o hacia abajo.
El grado y la dirección de la curvatura es tan diferente entre un pene y otro que lo mejor es que vayas probando posturas hasta dar con la más cómoda para los dos. Tiene complicada y dolorosa penetración en algunas posiciones.
Recomendamos comenzar por la postura de la cuchara y la postura de la tijera, ya que son dos posturas especialmente placenteras para un pene con curvatura lateral. Lo ideal es que intentes que la punta del pene quede en dirección hacia el costado superior de la vagina para mayor placer.
Algunas posturas ideales son: de perrito (curvo hacia abajo), la cucharita (curvo hacia un lado), del cinco (curvo hacia arriba).
Pese a estar curvado, en este caso mira al frente ya que el tronco está inclinado hacia arriba en menor o mayor grado a modo de rampa.
Es el pene perfecto para estimular el punto G directamente, aunque cualquier tipo de pene con la postura adecuada, estimulación y práctica puede conseguirlo.
Las dos mejores posturas para este tipos de pene son la postura de la catapulta o la postura del misionero, ya que maximizan la estimulación del punto G.
Este tipo de pene es justo el contrario al pene rampa ya que la curvatura es hacia abajo. La mayoría de veces, este tipo de pene en erección recupera parte de la curva.
Si la curvatura del pene es muy pronunciada, habrá que probar hasta encontrar la postura más placentera.
Las más recomendables son aquellas en las que la persona con pene se sitúa a la espalda de la persona con vulva como cualquiera de las posibles variaciones de la postura del perrito.
También se puede disfrutar de posiciones en las que la mujer está encima ligeramente inclinada hacia atrás como la postura del balancín.
Posee una base más ancha que el resto del pene.
El único inconveniente es que si el glande es muy fino no conseguirá estimular la zona G fácilmente, aunque puede solucionarse con cremas estimulantes del punto G.
Lo positivo es que facilita la penetración; si bien en el caso de que la base sea demasiado ancha, puede llegar a molestar.
Las posturas más recomendadas son aquellas en las que la persona con vulva tiene el control como la postura de la vaquera o la postura de la catapulta o el candelabro italiano. Como la entrada es suave también es ideal para penetraciones profundas.
En este tipo de pene el glande es más ancho y abultado que el tronco.
Se hace necesaria una alta lubricación para una buena penetración; y es posible que resulte incómodo para el sexo anal. Sin embargo, es ideal para disfrutar del sexo oral.
Las posturas más recomendadas son aquellas que en las que la penetración es menos profunda, como por ejemplo la postura del sacacorchos o la postura del misionero.
Este tipo de pene es sorprendente porque a simple vista es un pene estándar, pero en erección se agranda más de lo esperado y con una diferencia morfológica no previsible en reposo.
Sinceramente, no hay ni pros ni contras, ya que cualquier postura puede resultar extremadamente satisfactoria. La cuestión es probar. Únicamente si es demasiado grande, podría resultar molesta una penetración demasiado profunda.
No hay posturas recomendadas, sino que hay que ir probando para obtener el máximo placer.
Ahora que ya conoces los diferentes tipos de pene que hay, tanto antes como durante la erección, seguro que puedes sacarle el máximo de placer.
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