En BELOVER utilizamos cookies analíticas con tu consentimiento para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tu visita en este sitio web para medir las preferencias de nuestros visitantes. Para información adicional Pincha aquí.
Ya va siendo hora de que olvides esa idea de que sólo el pene es el protagonista del sexo cuando hablamos de zonas erógenas de los hombres. Y si piensas que lo has probado todo, también estás equivocado. ¿Te has dado cuenta que también están los testículos dispuestos a ser estimulados para poner de su parte en eso de provocar placer sexual?
Los testículos son una zona muy sensible del cuerpo, compuesta por muchas terminaciones nerviosas, por lo que son una maravillosa zona erógena capaz de dar un enorme placer masculino.
Sigue leyendo porque te vamos a contar cómo estimular estas dos joyas de la corona.
Seguramente, llegados a este punto, estés pensado en usar tus manos para coger los testículos y comenzar a estimularlos. Bueno, no vas mal del todo pero... ¡Hay más formas de lograr esa estimulación!
Para una mejor estimulación de los testículos con las manos debes usar un buen lubricante a base de agua. Esto evitará roces incómodos que hagan daño a tu pareja.
Una vez que tengas tus manos bien untadas con lubricante, agarra el escroto y mueve suavemente tus dedos como si fueras un guitarrista. No debes nunca perder de vista a tu pareja para ver sus reacciones. Si notas que le gusta, ve aumentando la velocidad y presión poco a poco.
El objetivo es que acaricies todos los rincones, por lo que puedes introducir tantas variaciones en el movimiento como consideres y tu pareja permita. No debe doler… recuerda que se trata de placer y los testículos son muy sensibles.
Entre el ano y el escroto se encuentra el perineo, una zona que también es super erógena. Si mientras estimulas los testículos usas un minivibrador para hacer lo propio con esta zona, lograrás elevar el placer a un nuevo universo. Puedes ir aumentando la intensidad de la vibración poco a poco para hacer gemir de placer a tu pareja.
Manos, vibradores… ¿Y si ahora probamos a estimularlos con la boca? Vamos a ello porque también es una opción muy válida y placentera. Aquí, tu lengua jugará un papel fundamental, ya que deberás lamer cada rincón con mucha suavidad.
Probablemente notes que a tu pareja le encanta, por lo que no dudes en ir variando el sentido del movimiento de tu lengua sobre sus testículos.
¿Quieres un puntito más de placer? Ponte en tus labios un brillo labial con efecto frío/calor. Los dos sentiréis nuevas sensaciones.
¿Tu chico es friolero? Si es así quizás no le guste demasiado lo que te vamos a proponer pero, no obstante, te invitamos a probarlo, porque el placer es tan grande que seguramente se le olvide si tiene frío. Coge un hielo y frota suavemente el mismo sobre el escroto, con movimientos circulares. Cuando te canses de hacerlo con la mano, ¿qué tal probar con la boca?
No es algo que se haga exclusivamente en los juegos previos al sexo. También se puede, y se debe, realizar durante la penetración.
Mientras tu pareja está penetrándote puedes seguir jugando, acariciando, palpando... sus testículos para aumentar su placer.
Con este nombre nos referimos a la práctica sexual, placentera y sensual, que consiste en introducir los testículos en el interior de la boca, pero mientras tu cabeza reposa en el borde de la cama; el efecto final es como si pusieras una bolsita de té en una taza, pero sus testículos son el té, y tu boca la taza. Con los testículos dentro, podrás estimularlos con la lengua, con mayor o menor intensidad según te marque tu pareja, sus caras, sus gestos… ¡Y gemidos!
Ahora que ya sabes algo más sobre cómo estimular los testículos, esperamos que sueltes ahora mismo el ordenador y te pongas a practicar.