Simplificando, mucho, el tantra sería la visión más espiritual del sexo que, tras miles de años de historia, aboga por una presencia consciente y profunda durante las relaciones, lejos de centrarse en los genitales.
Aún hoy sigue representando un reto para quienes se interesan en la práctica, no por la dificultad física en sí, sino por los pasos previos necesarios para lograr cierto nivel de armonía, por el desafío emocional y, cómo decirlo, porque vivimos, incluso el sexo, con las manecillas del reloj dándonos en la cabeza.
La idea principal del tantra es que, más allá de unir los cuerpos, la pareja una la mente y el espíritu durante el encuentro erótico. De esta manera se sostiene que el placer es mucho más intenso y prolongado, obviando la centralidad de los genitales y aportando todo el tiempo deseado, sin prisas, sin metas. Únicamente el fin del placer y el intercambio de energías.
Conocer nuestro propio cuerpo
Para cualquier encuentro erótico satisfactorio es recomendable conocer el propio cuerpo, pero en el tantra se vuelve algo imprescindible; si no te conoces, tendrás que hacer muchos deberes antes de lanzarte a esta práctica.
Saber, entre otras cosas, distinguir las sensaciones, alcanzarlas y mediante qué medios o prácticas nos resulta más placentero... Igualmente, conocer nuestros límites, en qué momento nos acercamos tanto al horizonte de sucesos que hace inevitable rendirse al orgasmo, o qué nos funciona para alargar ese momento previo.
Por supuesto, perder la vergüenza y el miedo asociado a la intimidad, no sólo física, pues en una práctica tan espiritual es preciso un estado de paz que no todas las personas podemos alcanzar con facilidad.
Conocer el cuerpo de la pareja
En el tantra debe desaparecer el ego. La unión de la pareja trabaja por una experiencia conjunta y placentera para ambas partes; una conexión profunda que va mucho más allá de los cuerpos.
Pero aunque el cuerpo no sea lo más importante en la experiencia, es necesario conocer los puntos de placer de la otra persona, cómo estimularlos y de qué manera colaborar para mantener el máximo posible el punto álgido previo a la explosión orgásmica.
Los mitos del tantra
Mitos, esos odiosos lastres creadores de complejos. Cómo no, el tantra también tiene los suyos.
Orgasmos con una mirada: por más intensa que pueda ser la mirada, se necesita más para alcanzar el orgasmo físico. No obstante, yo no negaría un orgasmo mental de la mano de la conexión espiritual.
Es como el Kamasutra: se trata de prácticas o filosofías eróticas diferentes, y persiguen un fin diferenciado; el kamasutra busca el placer, y el tantra la conexión espiritual.
Todo son posturas imposibles: no, eso me recuerda más al kamasutra. Aunque hay posturas de inspiración tántrica, la filosofía va más allá de una cuestión postural.
Sirve para no correrse: mmm, no. Aunque sí sea posible lograr retardar la eyaculación o retrasar el momento del orgasmo, no es una técnica propiamente dicha para el control de estos sucesos.
Hay que pasar horas y horas: puedes hacerlo, igual que si haces un misionero de toda la vida, pero no es un requisito imprescindible. En el tantra se tiende más al "tómate tu tiempo" que a un cupo de horas mínimas.
A poco que entiendas de física sabrás que la energía no se crea ni se destruye, simplemente se transforma. Y de eso va un poco el tantra. De trabajar con energías, propias y ajenas, aprender a compartirlas y a transformarlas.
Es una idea preconcebida, absolutamente, pero me cuesta imaginar a alguien versado en tantra con una actitud ansiosa y estresada ante la vida. ¿Podría tener algo que ver? Las personas entendidas de la energía sexual podrían decir que sí -y también que no y dejarme mal, claro-, pero quiero creer que el aprendizaje de la gestión de la propia energía para un entorno erótico, puede ser de aplicación en el resto de facetas de la vida.
Dejémonos de divagaciones y volvamos al tema: Shiva y Shakti. Podríamos traducirlo como el Yin y el Yang (taoísmo) de la filosofía tantra. Ambos conceptos representan la energía masculina y femenina, sin aludir al género. Se sostiene que todo lo presente en el universo tiene ambas energías; Shiva masculina y Shakti femenina.
Ambas energías se presentan de maneras diferentes en cada persona, pudiendo ser predominante una o la otra, o tener cierto equilibrio entre ambas. Esas energías son las que se trabajarán a través del tantra, pero también entran en juego los chakras, unos puntos energéticos distribuidos a lo largo de la columna que ayudan a distribuir el Prana, o energía sutil.
A medida que se activan estos chakras, y se conectan unos a otros, se alcanzan nuevos niveles de conciencia. Dando paso entonces a la energía Kundalini que, mediante la respiración Pranayama, elevará más la conciencia.
Sé que esto te está sonando confuso (como a hindú antiguo), perdóname, probablemente es culpa mía; no dejo de ser una prosaica escribiendo sobre algo que escapa a mi nivel espiritual y experiencial. Te recomiendo echarle un ojo a libros como "Tantra. El arte oriental del amor consciente", de Charles y Caroline Muir; o "Tantra. Espiritualidad y sexo" y "Tantra. Energía y éxtasis", ambos de Osho.
Beneficios del sexo tántrico
El sexo tántrico puede ofrecernos diversos beneficios, más allá de esos calentitos que estás imaginando.
Ayuda a mejorar la conexión con la pareja en un plano superior.
Favorecerá el control de todos tus sentidos.
Hará que controles mucho mejor tu respiración.
Reducirá los niveles de ansiedad y estrés.
Facilitará un mayor control sobre el propio cuerpo y mente.
Provocará una mayor consciencia del placer.
Puede ayudar al control eyaculatorio.
Descubrirá un placer nuevo.
Claves para iniciarte en el sexo tántrico
Si tras leer este artículo te ha entrado curiosidad por el sexo tántrico, o ya la traías de casa, atiende a estos primeros pasos.
Acondiciona el espacio y el ambiente
Vas a iniciarte en una práctica erótica que requiere de paciencia, lo mejor es que escojas un lugar cómodo para ti y tu pareja. Un espacio en que podáis, sin prisas, miedos ni alarmas, centraros en la experimentación del tantra.
Una luz tenue y una música instrumental suave de fondo puede ayudar a crear ambiente y relajarse.
Equípate bien
Digamos que no es imprescindible, pero algunos productos eróticos pueden ayudaros a entonar en la frecuencia adecuada para el tantra. Olvida los vibradores o masturbadores, los cosméticos serán los mejores aliados. Velas o geles de masaje, inciensos estimulantes o fragancias sensuales. Incluso unas plumas pueden ser muy prácticas para abrir el camino.
La respiración es importante, por eso de seguir con vida; para el sexo tántrico no sólo es un medio de supervivencia, sino un canal para conectar con la otra persona. Debes hacerte consciente de tu respiración, y después lograr sincronizarla con la de tu pareja. Se creará así un vínculo mayor para incrementar la intimidad.
Sin prisas
Probablemente una de las prácticas más slow sex de la historia sea el sexo tántrico. No es que necesites pedirte una semana de vacaciones para un encuentro tántrico, pero sí tener control total del tiempo, sin nada que te distraiga o apremie en la agenda.
Olvidarse del reloj que nos da con las manecillas en la cabeza, poner el pause al mundo y volcarse por completo al momento que estás viviendo. Sin metas, sólo centrándose en las sensaciones, la respiración y la intimidad espiritual.
Estar presente
Imagina que no existe un mundo fuera de ese cuarto. El tantra necesita de consciencia, de estar, de conectar. Para alcanzar con mayor facilidad este punto quizá sería bueno que antes de iniciarte tuvieras cierta práctica con la meditación.
Mantén el contacto visual
Los ojos son las ventanas del alma, y cuando nos lanzamos al tantra es realmente importante ofrecérsela a nuestra pareja. Aumentamos así la conexión y ese vínculo espiritual.
Si tienes inquietud sobre esto, prueba a sentarte previamente con tu pareja, mirándoos a los ojos durante unos minutos. Mejor probar antes de que descubráis que os incomoda infinito -puede pasar- y os frustréis por no alcanzar ni el ta de tantra.
Toma de contacto en el sexo tántrico - Las cuatro llaves
La filosofía tantra, que va mucho más allá del sexo, cuenta con cuatro pilares básicos o llaves, como lo identifica el tantra. Estas llaves son herramientas, de alguna manera, para alcanzar un estado de consciencia superior y un mayor manejo de las energías.
Primera llave - Aceptarse a uno mismo y a los demás tal y como son
Aceptar el propio yo, con defectos incluidos, así como a la otra persona, es imprescindible para disfrutar en plenitud del encuentro erótico. Especialmente una de estas características, donde el nivel de consciencia y relajación debe primar ante todo.
Si estás pensando en que te sobran unos kilos, tienes una cicatriz que no te gusta, la cantidad de vello de tu pareja o en cómo se ven vuestros cuerpos con esa luz, no podrás centrarte y, por tanto, dejarte llevar como es preciso.
Defectos, virtudes, complejos y capacidades. Todo queda fuera del juego tántrico, pues el cuerpo no es protagonista a pesar de ser vehículo de la interacción.
Segunda llave - Estar presente en el momento con los cinco sentidos
Aceptándote a ti y a tu pareja, lo siguiente es estar presente en el momento. Nada de repasar tareas pendientes del día, planes futuros, el menú de la semana o aquella canción que no te sale de la cabeza.
Debes ser consciente de todo cuanto sucede a tu alrededor; lo veas, palpes, escuches, huelas o saborees. Vive justo en este momento.
Tercera llave - Expresar lo que sientes y piensas
La comunicación siempre es un pilar de cualquier encuentro erótico, y el sexo tántrico no iba a ser menos. No temas o te avergüences por pedir aquello que te gusta y deseas. Si algo te excita, te hace cosquillas, te incomoda o te acelera demasiado, dilo.
Por supuesto, escuchar también es imprescindible, pues esta práctica es algo combinado, donde no existe el yo y, por tanto, es necesario saberse en un nivel similar.
Cuarta llave - Movimiento armónico y fluido
En el tantra no se trata tanto de fluir por tu cuenta como de fluir en convergencia. Acoplar los ritmos, equilibrar los movimientos, armonizar las sensaciones.
Cuerpos hablando a través de la energía, y no un genital buscando saciedad. Ya sea a través de besos, caricias, estimulaciones varias o penetraciones, deben acompasarse los movimientos para ofrecer un placer equitativo, fortaleciendo la conexión espiritual.
Involúcrate en la exploración de tu propio cuerpo y el de tu pareja. Habrá sensaciones que os pillen de nuevas, dejaros llevar e indagar en esos nuevos placeres. Con el tiempo estableceréis qué movimientos o estimulaciones son más favorables u os proporcionan mayor consciencia de la energía sexual.
Antepón la comodidad. El entorno adecuado es importante, pero también sentir seguridad por ambas partes ante la desnudez propia y ajena. Si bien no siempre es obligatorio desnudarse, sí es recomendable puesto que aumenta el nivel de conexión y las zonas proclives a estimular de manera accesible.
Recuerda estar dónde y con quién estás. Estar presente en todos los niveles es fundamental para alcanzar un mínimo de intimidad y conexión espiritual. Escucha los cuerpos, obsérvalos, degusta cada aroma y sabor, palpa cada rincón, no como si buscaras algo, sino como si lo hubieras encontrado y lo estuvieras adorando centímetro a centímetro.
En conclusión, el sexo tántrico ofrece una forma única y gratificante de conectarse tanto física como emocionalmente con tu pareja. Al iniciarte en el sexo tántrico, puedes explorar nuevas dimensiones de placer y conexión, elevando la experiencia sexual a un nivel más profundo y significativo.
A diferencia del Kamasutra que es una valiosa fuente de inspiración para descubrir diferentes posturas sexuales que pueden enriquecer tu vida íntima. Explorar el Kamasutra y experimentar con diversas posturas puede ayudarte a descubrir zonas erógenas desconocidas y a despertar nuevas sensaciones en tu cuerpo.
El sexo tántrico también se enfoca en la conexión emocional y la energía compartida entre las parejas. A través de prácticas como la respiración consciente, el masaje sensual y la prolongación del placer, puedes cultivar una mayor intimidad y una experiencia sexual más satisfactoria.
Si deseas explorar el sexo tántrico de manera más profunda, puedes considerar visitar un sex shop. Allí encontrarás una amplia variedad de lubricantes sexuales y vibradores que pueden complementar tus prácticas tántricas y brindar una estimulación adicional.
Recuerda que el sexo tántrico requiere tiempo, paciencia y comunicación abierta con tu pareja. Es importante establecer un ambiente de confianza y respeto mutuo para disfrutar plenamente de esta experiencia. No te apresures y permite que el placer se desarrolle de manera natural, prestando atención a cada sensación y momento presente.
En resumen, el sexo tántrico ofrece una oportunidad para explorar nuevas dimensiones de placer y conexión en tu vida sexual. Aprovecha el conocimiento del Kamasutra, descubre tus zonas erógenas y considera la incorporación de productos de un sex shop para enriquecer aún más tu experiencia tántrica. Disfruta del viaje y permite que el sexo tántrico te lleve a un nivel más profundo de satisfacción y conexión con tu pareja.
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