Ojalá alguien me hubiera asesorado bien cuando compré mi primer juguete. De ser así mis decisiones hubieran sido mejores. Y para eso es este artículo, para ayudarte a encontrar tu primer juguete sexual.
Antes de nada, quiero darte la bienvenida a este excitante mundo de los juguetes sexuales. Ahora que has decidido comprar un juguete sexual, encontrarás una oferta inmensa, y puede que te pierdas entre tantas opciones; es normal. Cuando se elige un primer juguete suele haber una ley no escrita al respecto, y es empezar poco a poco. Puede que el modelo más potente, más grande y con más características te llame la atención; pero no necesariamente será la mejor elección.
Algunos juguetes se comercializan con el mensaje de que son aptos para principiantes, como si después pudieras quitarle los ruedines e ir más lejos. Eso tiene un motivo, y es darte pistas sobre qué productos pueden ser buenos para iniciarse, ya sea por motivos económicos, funcionalidades o un diseño más sutil o pequeño. Pero hay una manera mejor de encontrar, para ti, la mejor elección. Plantéate unas preguntas.
Qué debes considerar para elegir tu primer juguete
Lo cierto es que no hay una respuesta mágica a esta cuestión, ni un juguete infalible para todo el mundo. Debes, por tanto, plantearte diversas cuestiones a fin de personalizar al máximo la elección.
¿Qué me gusta?
A mí no me importa cuáles sean tus genitales, pero para elegir un primer juguete lo principal es saber con qué elementos contamos. Pene o vulva tienen juguetes sexuales específicos, y dependerá de que tengas uno u otro para empezar a acotar la búsqueda. Ahora, culo o pezones es algo generalizado, así que ten presente qué te gusta.
Dejando de lado el tema anatómico, saber qué disfrutas más es primordial. Ya sea en pareja o en solitario, hay prácticas eróticas que nos excitan más o con las que nos resulta más sencillo alcanzar el orgasmo. Tenlo en cuenta. Si odias siquiera que te miren el culo, igual un plug anal no es lo que necesitas.
Qué tipo de estimulación es la que más me gusta
Hay juguetes que tienen un uso más versátil, pero habitualmente suelen estar diseñados para una zona en concreto. Céntrate en la zona que deseas estimular para tomar la decisión. ¿Quieres estimulación en la vagina, sólo en el clítoris, vagina y clítoris a la vez, ano y pene de manera simultánea? Respondiendo a esta pregunta irás eliminando grandes grupos y perfilando la decisión sobre tu primer juguete. Por ejemplo, tenemos en consolador conejo, que se caracteriza por estimular dos zonas a la vez, el clítoris y el Punto G.
Qué tipo de forma me gusta más
Sea para la zona que sea tu primer juguete, existen diferentes formas. Para empezar tendrás que pensar si deseas un juguete con toques más realistas, o si por el contrario buscas algo más sutil y discreto.
En base a lo anterior, podrás centrarte más en lo que sí encaje con tus preferencias. ¿Un dildo vaginal, un vibrador curvado, uno más recto, un dildo que sea flexible, un masturbador con carcasa rígida...? Tanto la forma como la propia estructura o flexibilidad, además del diseño, serán algo más determinante de lo que imaginas. Reflexiona bien esta pregunta, y consulta reviews de productos para conocer pros y contras de las distintas opciones.
Puede sonar evidente, pero no lo es en absoluto. Un juguete para usar en pareja no es igual que para usar en solitario, al aire libre o bajo el agua. Por supuesto, lo mejor es que pueda cumplir varios de esos puntos a la vez, pero conocer tus prioridades será conocer tus necesidades. Si ahora estás sin pareja, piensa más en algo para usar en solitario. Si te mueres de la vergüenza sólo con pensar en tontear al aire libre, igual no merece la pena gastarse el dinero en un juguete con mando a distancia.
Piensa en el ahora o el futuro inmediato. Pensar a largo plazo, o en posibilidades remotas (como sexo espacial, por ejemplo), además de ser una presión innecesaria, puede traducirse en tirar el dinero. Cuando realmente vayas a darle uso a esas características de otro mundo, seguramente hayan salido 50 modelos mejores que el que te plantees ahora. Elige aquello que ahora sí pueda ofrecerte lo que quieres.
Por otro lado, también puedes buscar fortalecer tus músculos para encontrar placer en otro tipo de posturas y juguetes. Para ello te recomendamos comprar unas bolas chinas vibradoras, que se utilizan como método de entrenamiento y estimulación vaginal. Echa un vistazo a nuestro catálogo en el enlace que te dejamos.
¿Tengo experiencia?
Con juguetes poca o ninguna, de ahí que estés leyendo esto. Pero como queremos cambiarlo y hacerlo con cabeza, tendrás que pensar en tu experiencia erótica. Si no has tenido relaciones de penetración, olvídate de ese macro dildo; si te cuesta mantener la erección cuando no usas tu mano, evita masturbadores rígidos; si no conoces tu propio orgasmo, aléjate de los succionadores. Un tamaño desproporcionado de juguete puede ser doloroso si no se sabe gestionar; un masturbador rígido te impedirá acoplar el pene sin una erección férrea; un succionador sin conocer tu orgasmo condicionará tu sexualidad y se convertirá en un hándicap inalcanzable de otra manera.
Y como éstos, mil ejemplos más. Piensa en los juguetes sexuales como complementos, que es lo que son. Pero también como herramientas de autoexploración, placer, descubrimiento y desarrollo. Sincérate con tus propios gustos y necesidades para tomar una decisión consecuente.
Y el tamaño... cuál prefiero
De entrada te diré que pequeño. Sea lo que sea, pequeño. Y si no es pequeño, al menos que sea de un tamaño manejable sin necesitar clases del Cirque Du Solei antes, ni un trasplantes de partes anatómicas tras su uso.
Puede que ese gran dildo, ese impresionante plug, o ese hiperrealista torso con orificios te resulte tentador. Lo entiendo, pero recuerda, antes de echar a correr, hay que aprender a caminar. No tengas prisa, ya llegará ese momento si, cuando tomes más experiencia, sigues queriendo lo mismo. Spoiler: los gustos cambian y el tamaño no es lo más importante.
Con un juguete manejable, además de poder estimularte con mayor facilidad, podrás lavarlo y guardarlo más cómodamente, llevarlo contigo donde quieras, incluirlo en una relación erótica con otra persona sin que necesites una cama más grande, y lo que puede ser más interesante: con un tamaño pequeño o reducido será más fácil asimilarlo durante tus encuentros eróticos, especialmente si sientes cierta reticencia, o la siente tu pareja. Más pequeño, más cuco, menos intrusivo, menos considerado como sustituto de nada. Más adelante ya afrontaremos esa cuestión cuando probemos un nuevo juguete.
Siempre, siempre, siempre, body safe. Un material body safe, en su literal traducción, es seguro para el cuerpo. Esto quiere decir que su uso, en cuanto a material se refiere, no conlleva problemas de salud y/o deterioro del juguete a menos que entren en juego factores externos (caídas, mala conservación...). Problemas que sí pueden acarrear, tanto de un tipo como de otro, los juguetes que no son seguros.
Irónicamente esos no tan seguros, o nada seguros, acostumbran a ser más económicos. Y es por eso por lo que en nuestras primeras compras nos lanzamos a ellos como si no hubiera un mañana.
Ante la duda, materiales con los que podrías cocinar: silicona médica, cristal y metal. Aunque este tema es un poco más complejo. Pero tenemos un post en el que justo te contamos todo sobre los materiales con los que están hechos los juguetes eróticos.
Cuánto me quiero (puedo) gastar
Invierte tu presupuesto en un juguete bueno. Y con bueno no me refiero a caro, sino más bien a que los materiales sean de calidad, como decía antes. Un juguete muy barato, salvo excepciones, puede salir muy caro. Quizá necesites ahorrar un poquito más, pero merecerá la pena cuando tu juguete sexual no se termine derritiendo en un cajón cuando llegue la primavera.
Igualmente, que un producto sea muy caro tampoco es siempre sinónimo de calidad o durabilidad. Lee opiniones sobre distintos productos y comprueba sus precios, esas valoraciones ayudarán a que, con mayor probabilidad, obtengas un producto con las garantías mínimas a buen precio.
Podrás encontrar buenos juguetes desde 10-30€, dependiendo del tipo de estimulación que busques, claro. Si no te alcanza para el producto que estas respuestas te han desvelado, mejor esperar.
Juguetes para principiantes
Respondiendo a las preguntas anteriores seguramente tendrás ya muy claro qué tipo de primer juguete sexual es el que te conviene. No obstante, quizá necesites un poco de orientación para terminar de afinar.
Estimuladores de clítoris
Balas vibradoras: de pequeño tamaño, versátiles y perfectas para juego en pareja o en solitario. Podrás explorar todos los rincones, más allá de los genitales.
Masajeadores: los hay de diferentes tamaños y estilos, desde los que puedes poner sobre la palma de la mano a los tipo micrófono. Lo mismo te sorprenden con potentes orgasmos como que te ayudan a conocer las sensaciones de todo tu cuerpo.
Succionadores: una estimulación intensa, aunque menos versátil. Quizá no lo más adecuado para empezar si no has explorado tus orgasmos de manera analógica.
Dedales: de funcionamiento manual, ofrecen una estimulación diferente pero con el control absoluto de tus manos o las de tu amante. Las diferentes texturas son su punto fuerte.
Estimuladores vaginales
Dildos: tienen un propósito claro, lo mejor si tú también lo tienes. Sin motor, su función es penetrar de manera manual.
Vibradores: con diseño anatómico o no, vibran mientras permiten que puedas introducirlo a tu ritmo.
VibradoresPuntoG: sumado a lo anterior, cuentan con una ligera curvatura en el primer tercio; dicha curvatura está diseñada para estimular el Punto G con más facilidad.
Vibradores conejito
Su punto fuerte es la doble estimulación de vagina y clítoris, muchas veces cuentan con dos motores. La parte que se inserta en la vagina puede ser más o menos curvada o texturizada, pero es en la parte externa donde más variaciones hay.
Esas variaciones pueden ser vibración, succión, lengüetas... Este apéndice puede representarse con formas cortas o algunas largas para un mayor control de la estimulación cuando se "mete y saca" el vibrador.
Mangas masturbadoras: con diseño anatómico o no, se presentan muchas veces como simulaciones de vaginas, anos o bocas, habitualmente texturizadas en su interior. También hay diseños más abstractos, pero con la misma mecánica de uso. Encontrarás masturbadores manuales (donde el producto no hará nada por sí solo) y juguetes con motor con diferentes funcionalidades.
Anillos constrictores: se colocan en la base del pene, se usan para favorecer una erección más firme y retrasar la eyaculación.
Anillos vibradores: como los anteriores, pero aportando vibración durante la penetración (en especial la vaginal, para estimular el clítoris), pero también existen los que estimulan los testículos al mismo tiempo.
Estimuladores anales
Bolas tailandesas: una pequeña tira de bolas (entre 4-8 por general) de tamaños ascendentes. Se insertan para la estimulación anal de manera progresiva, ayudando a que el esfinter se acostumbre.
Plug: juguete anal con forma cónica o alargada, en la base siempre deben tener un tope por seguridad. Se encuentran con o sin motor. Su forma tiende a ser afilada o estrecha en la punta, e ir ensanchando a medida que se acerca a la base.
Masajeador prostático: diseñado para estimular el Punto P. Su forma se orienta para alcanzar la próstata y poder masajearla con o sin vibración. Habitualmente cuentan con una sección externa para estimular el perineo.
Otros complementos que te podrían gustar
Aunque no son propiamente juguetes, los complementos son una forma más sencilla de dar ese salto a los condimentos eróticos del tipo que sean.
La cosmética erótica, por su parte, debería ir siempre de la mano de esta decisión, especialmente los lubricantes que facilitarán el uso de cualquier juguete. Encontrarás también potenciadores del orgasmo, aceites de masaje, pintura comestible y mucho más. Algunos de estos productos son muy económicos y con gran capacidad.
Qué más tienes que tener en cuenta
Sin presiones. Decidirte a usar un primer juguete sexual es cosa tuya, no dejes que nadie te presione, ni tu amante, ni la sociedad. A mí me gustan mucho, pero no tiene que ser tu caso, y de ser así, no pasa nada, hay vida y sexualidad más allá.
Conócete antes. Si tú no sabes qué te gusta, nadie podrá recomendarte un juguete erótico, ni siquiera sería recomendable que lo tuvieras. Dedica tiempo a descubrir qué te gusta, luego pensarás qué quieres probar.
No temas equivocarte. A veces la primera elección no es la mejor, pero céntrate en todo lo que aprenderás de ese error, en lugar de no haber encontrado el santo grial del orgasmo.
Tus preferencias no son las del mercado. Muchas veces se ven listas de "los mejores juguetes sexuales", "el juguete sexual que no puedes dejar pasar" o cosas similares. Es un recurso de marketing, no la visión del oráculo. Que se haya vendido mucho no significa que guste mucho, y que guste mucho, no significa que a ti te tenga que gustar. Guíate por las preguntas del artículo para afinar, y si luego resulta que tu elección es la más vendida, pues curiosa casualidad.
Gastar con cabeza. El dinero siempre es algo con lo que debemos tener cierta cautela, con los juguetes no iba a ser menos. Ni te lances a lo más barato sin conocerlo bien, y lances billetes a la marca más cara creyendo que será mejor. Calidad y funcionalidad antes.
Deja que fluya. El uso de lubricantes no sólo es adecuado, sino recomendable cuando hablamos de juguetes sexuales. Ya sea para evitar roces molestos, para favorecer la penetración o conseguir introducir bien el pene, un lubricante adecuado hará que todo fluya.
Recicla tu juguete sexual y contribuye con el medio ambiente. No lo botes a la basura si este ha dejado de funsionar.
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