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Antes de nada, vamos a intentar definir qué es exactamente la masturbación anal. Es la estimulación erótica de la zona perianal y el ano, cuyo fin no es necesariamente el de alcanzar el orgasmo, sino el de obtener placer.
Puedes experimentarla en solitario, sobre todo si es la primera vez que llevas a cabo esta práctica sexual. Así puedes averiguar primero si te gusta o no. Igualmente, puedes hacerlo en pareja, siendo la otra persona la que te estimule. En ambos casos, puedes usar las manos o juguetes eróticos y, en caso de tener pareja sexual, también la lengua.
Primero estimulando las zonas erógenas, todas aquellas con las que sientas placer al tocarlas para ir calentando motores. Masajea suavemente la zona perianal y la superficie del ano. Si notas que va aumentando la excitación, vas por buen camino.
Sin prisa pero sin pausa. Nada de ejercer presión, los músculos del esfínter son voluntarios y aceptarán lo que venga si lo hace de la manera correcta.
Lo suyo es empezar de menos a más. Comienza introduciendo los dedos. Uno, dos…, lo que te vaya pidiendo el cuerpo. Una vez vayas notando que hay dilatación y, sobre todo, que sientes placer, puedes pasar a la siguiente fase: introducir un plug, dildo o pene.
Un inciso. Si vas a practicarlo en pareja puedes incluir el beso griego, que es la práctica de besar, lamer y acariciar el ano con la boca y la lengua. Si se hace de manera correcta y con los cuidados higiénicos adecuados, puede ser un estímulo más a la hora de alcanzar el orgasmo.
Para la masturbación anal debes elegir el momento adecuado y necesitas estar relajado. Busca el momento, porque debes tomarte tu tiempo para hacerlo bien.
El lubricante es muy importante, por eso debes elegir el más adecuado para ti y, por supuesto, en función del tipo de manipulación anal que vayas a practicar.
Hay lubricantes de base de agua, de silicona (no compatible con juguetes de silicona), dilatadores con efecto calor y con efecto frío, y hasta especiales para el fisting.
Asegúrate de explorar bien con tus dedos, ya sea la próstata o el clítoris interno, según corresponda. Si encuentras el punto, lo sabrás.
Si ya estás preparado para algo más grande, es el momento de introducir el juguete erótico o el pene de tu pareja sexual; por supuesto, siempre usando protección. ¡Ojo, que no queremos desgarros! Muy importante también es la postura, elige una en la que tengas buen control para hacer los movimientos que más te apetezcan.
Averigua hasta dónde eres capaz de llegar. Si duele, para y vuelve a empezar. Recuerda que el ano debe estar bien lubricado. Añade más lubricante si es necesario para estar cómodo.
Prueba a mover el dedo, o los dedos, de adentro hacia fuera completamente o con movimientos cortos. El ritmo lo marcas tú.
Hay juguetes eróticos específicos para la masturbación anal. Los estimuladores prostáticos o vibradores anales. Los plugs también ayudan a entrenar el esfínter y facilitan la dilatación para la práctica sexual.
Se puede compatibilizar la masturbación anal con un masaje en el pene o la vulva. El placer será doble.
Lo más importante del sexo anal es disfrutarlo. Si te gusta, tendrás uno de los mejores orgasmos que existen. Si no te gusta, déjalo. Las experiencias de otras personas no deben condicionar tu vida sexual.
Probablemente es uno de los hándicaps más recurrentes para no practicar la masturbación y el sexo anal. La posibilidad de toparse con restos de suciedad es algo que no ayuda, pero no deja de ser algo natural.
Una buena alimentación rica en fibra, y una higiene básica son más que recomendadas. A mayores puede realizarse una lavativa interna, siempre con cuidado y siguiendo las indicaciones para ello. Sobre este aspecto, no se recomienda abusar, pues lavados constantes pueden irritar la flora y conllevar problemas de irritaciones e infecciones.
Igualmente importante es limpiar bien la zona anal después de la práctica sexual, siempre con agua y jabones de pH neutro; evita introducir jabón en el interior. Si has usado juguetes sexuales tienes que lavarlos correctamente con los productos recomendados para ello.
La masturbación y el sexo anal es una práctica sexual como otra cualquiera. Lejos de tabúes y leyendas urbanas, es otra forma de experimentar placer. Si decides practicarla, recuerda que está hecha para disfrutarla siempre y cuando te guste, solo o acompañado.
Independientemente de la orientación sexual, la masturbación y el sexo anal produce más placer en los hombres porque justo ahí, a unos 3 o 4 cm de la entrada del ano, encontramos la próstata, una glándula del tamaño de una nuez que proporciona muchísimo placer y grandes orgasmos con su estimulación.
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